Hace apenas unos días, en las vísperas de las fiestas de Santiago apóstol, un tren Alvia que hacía el trayecto Madrid - Ferrol, se salía de la vía ocasionando un elevado número de fallecidos y heridos. Muchas están siendo las teorías oficiosas, ninguna han dado a día de hoy los técnicos encargados de esta tarea, que se están escuchando en los diferentes medios de comunicación, por medio de supuestos expertos, tertulianos de sabiduría infinita y otros elementos. Y muchas, hechas desde la comodidad de su asiento en el plató de televisión, sin esperar a conocer los primeros detalles del, digamos de momento, accidente.
Aunque he nombrado de forma directa y en primer término a ese espacio de la cadena de Intereconomía, tampoco los demás canales nacionales han estado muy acertados que digamos. Lamentable se puede considerar la actuación de RTVE. Tarde, mal y bochornoso se puede considerar el "especial" que la cadena pública realizó en los momentos posteriores a la tragedia. Atendiendo, es mi opinión, a críticas desde la red y otros medios de comunicación, se unió de una forma chapucera e indigna; dejando a cargo de su dirección a una profesional que transmitió inexperiencia a raudales y falta de rodaje. En estos momentos la experiencia es un grado y hay bastantes muy buenos profesionales en RTVE, para haber llevado este espacio de una forma correcta, seria y respetuosa.
El mundo de las redes sociales, merece mención aparte. No puedo hablar de lo sucedido en Facebook, Flickr, Tuenti... yo solamente soy usuario de Twitter; pero lo visto y escrito en ella también me ha llamado la atención. Cierto es, que hay numerosos "Trolls" que solo tienen como objetivo decir barbaridades, riéndose de las víctimas, mediante chistes malos y comentarios maliciosos. De estos estúpidos coma imbéciles, no voy a hablar. Es desperdiciar un tiempo precioso. Pero me gustaría reflejar algunos aspectos desconcertantes de los usuarios del pájaro azul. Como por ejemplo, las críticas hacia los medios de comunicación por no estar emitiendo en directo la tragedia y después, censurar a estos mismos medios, que en las imágenes apareciesen las víctimas del descarrilamiento del tren. Da la sensación, con estas aptitudes, que lo buscado es la confrontación, nos da igual lo acertado o errónea que sea nuestra postura, y olvidamos que en esos momentos de destrucción, de caos, es muy difícil discernir y seleccionar lo que se puede o debe emitir. Quizás lo correcto sería, no permitir que los medios de comunicación accediesen al lugar del siniestro, hasta que los servicios de emergencia hubiesen evacuado tanto a muertos como heridos. Quizás debemos preguntarnos si lo que queremos es información, o alimentar a nuestra curiosidad a costa del sufrimiento ajeno, apelando a la libertad de información.
Y los políticos, que decir de nuestros dirigentes, entre los que se encuentran presidentes, ministros y oposición. En su línea habitual. Demostrando una vez más que lo importante es la foto, después todo lo demás. Pensando en sacar réditos hasta de las tragedias como esta. O si no, ya me dirá usted estimado lector, que narices hace la ministra Ana Pastor y séquito en el lugar del accidente mientras los polícias, bomberos, médicos, etc... se encuentran trabajando. ¿O es que los servicios de emergencia necesitan la inexorable ayuda de estos señores que no saben hacer nada más que figurar?¿O es que se van a unir a cortar con la radial, hacer torniquetes, curar heridas, trasladar heridos?¿Quizás ayuden en las tareas de desescombro?¿O en las tareas de regular la seguridad de la zona?¿Conducirán una ambulancia?¿Donarán sangre?¿Qué hacen en la zona, si tampoco se encargan de las tareas de coordinación de los distintos servicios de emergencia, más que nada, porque no tienen ni idea?
La respuesta es sencilla; MOLESTAR como nadie sabe hacerlo. Molestar con una prole de guardaespaldas y encargados de serguridad que ocupan un espacio precioso. Molestar con preguntas estúpidas y con comentarios absurdos, a los que en ese momento se están dejando los huevos por coordinar a las emergencias y que sin quererlo se transforman, además, en secretarios de una cohorte de mandamases.
Dentro de unos meses, cuando de verdad se les necesite, ya no correrán a reunirse con las familias de las víctimas, ni aparecerán por Angrois, ni se les verá llorando con lágrimas de cocodrilo... si no, como muestra un botón, que se lo pregunten a los habitantes de Lorca. De lo prometido nadie se acuerda, pero bien que se sacaron fotos a costa del sufrimiento humano; como en este caso.
En cuanto al origen y causas que originaron el tristemente, y ya famoso, accidente del tren de Santiago, me da la sensación que nunca sabremos la verdad. Existen muchos intereses ocultos y que pueden llevar al traste contratos millonarios, en varias partes del mundo, si se demuestra que es un sistema de transporte inseguro. Yo no voy a entrar a lanzar hipótesis sobre lo que acaeció, no sucedió o se debió hacer. Yo tengo muy claro lo que pasó y a cada día, mis sospechas, se van confirmando. Poco a poco.
Otro aspecto que no se tiene en cuenta debidamente es la experiencia del maquinista de la locomotora. Y experiencia, no siempre es sinónimo de efectividad. La rutina, la repetición de hábitos, te puede hacer entrar, en lo que yo denomino, "
la zona de la pereza". Ese es un lugar muy peligroso, donde abundan los accidentes, como en este caso. Y para que todo el mundo entienda esto, lo diré con unas frases que he oído en muchas ocasiones:
- "
Ya he hecho esto antes y no pasa nada". "
Todos los materiales están preparados para aguantar más de lo que las normas de seguridad indican". "
He quedado para cenar en una hora, acelera que no pasa nada". "
Puedo escribir mensajes y hablar por el móvil mientras conduzco, tranquilo". "
Desactiva los limitadores, que no sirven para nada".
Cuando más posibilidades hay de un accidente, es en las proximidades de un fin de semana, el término de la jornada laboral o la vuelta a domicilio. Y si encima añadimos "
la zona de la pereza", nuestras posibilidades se multiplican por muchos dígitos.
Independientemente de las culpas que tenga el conductor, está claro, que allí fallaron otras cosas. E independientemente de las culpas que pudieran tener Adif, el ministerio de Fomento, por sistemas de seguridad no instalados, inadecuados u otros motivos, las responsabilidad de lo ocurrido van a ser todita, toda, para el maquinista. Porque queramos o no, siempre hay un chivo expiatorio, ¡ojo! no digo que el señor maquinista no sea gran responsable de lo ocurrido, para todo y más cuando mucha gente y poderosa, se juega tanto dinero en este asunto. Poderoso caballero es don Dinero.
En lo que a mi se refiere, siempre que puedo, prefiero hacer mis traslados en coche y conducido siempre por mi. ¡YA SÉ, YA SÉ!... no puedo evitar que un camión, un conductor borracho, una avalancha o, tirando por la ciencia-ficción, Godzilla, acabe con mi vida. Pero lo que si puedo evitar, de esta manera, es que un operario, un conductor, un chofer, entre en la "
zona de la pereza" y me mate mientras uso el transporte público donde trabaja, porque ese día no le apetezca ser profesional; aptitud que tristemente se está volviendo más común de lo que creemos en un principio.
Quiero desde aquí, desde este humilde rincón de opinión, mandar un abrazo con todas mis fuerzas a las familias de las víctimas y a los heridos. Dar las gracias a los servicios de emergencias, a las personas que desinteresadamente ayudaron en lo que pudieron y a todos de los que nada oímos y que de algún modo también ayudaron. Gracias de verdad, por lo que habéis dado. Gracias por ser así. Y gracias por existir.
¡¡GRACIAS!!
#29/07/2013#
por @bloghacla